LA DESNUTRICION INFANTIL
La desnutrición infantil es una enfermedad que aparece como resultado del consumo insuficiente de alimentos en cantidad y calidad suficiente, de la aparición repetitiva de enfermedades infecciosas y de factores sociales que afectan el estado nutricional de la niñez. Esta situación afecta principalmente a niñas y niños en sus primeros años de vida y genera graves consecuencias en su desarrollo físico y cognitivo dependiendo de su nivel de gravedad. Incluso, puede llegar a provocar la muerte si no recibe atención adecuada y oportuna. De hecho, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), una niña o niño que sufre desnutrición aguda grave tiene hasta 9 veces más de posibilidades de morir que aquel cuyo estado nutricional es normal. Por eso, es indispensable que en los hogares los padres, madres y cuidadores, no solo conozcan las principales causas y los tipos de la desnutrición infantil que se pueden presentar, sino que, también, aprendan a identificar las señales de alerta que pueden advertir de un posible cuadro de desnutrición, de modo que consulten oportunamente al médico. Principales causas de la desnutrición infantil *Bajo peso de la madre durante el embarazo. *Bajo peso y talla del niño o niña al nacer. *Ausencia, interrupción o inadecuada lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida (hay que recordar que ninguna fórmula industrializada es capaz de reemplazar la composición de la leche materna). *Malas prácticas de alimentación complementaria a partir de los 6 meses de edad que impiden que los niños y niñas reciban las vitaminas y minerales que requiere en cada etapa de desarrollo. *Presencia recurrente de infecciones respiratorias e intestinales que dificultan el consumo de alimentos, su digestión y la absorción de nutrientes en el organismo de los niños y niñas. Factores sociales que inciden directamente en la desnutrición infantil *Bajos ingresos económicos de la familia que le impiden acceder a alimentos en cantidad y calidad suficiente. *Condiciones insalubres de la vivienda, hacinamiento y bajo acceso a servicios básicos de salud, agua potable y saneamiento básico. *Falta de educación a los padres sobre la adecuada alimentación por lo que sus hijos no tienen una dieta balanceada que satisfaga todas sus necesidades nutricionales. |
De acuerdo con la Dirección de Nutrición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la nutricionista infantil Clara Rojas Montenegro, y el pediatra y puericultor Darío Botero, miembros de la Sociedad Colombiana de Pediatría, algunas señales de alarma que los padres deben tener en cuenta para consultar oportunamente al médico y así detectar a tiempo la desnutrición infantil son las siguientes: ![]() ¿Qué hacer ante la aparición de estos síntomas? Toda vez que los padres, madres o cuidadores, detecten la presencia de uno o más de los anteriores síntomas o señales de alerta, y consideren que estas se han transformado en un patrón constante, es decir, que se están presentando durante varios días de forma continua, deberán acudir inmediatamente a su centro de salud. Allí, el personal médico evaluará la condición del niño mediante un examen físico que, entre otros indicadores, analiza el peso y talla para determinar, si existe o no, un problema nutricional. De ser así, y dependiendo del nivel de desnutrición encontrado, se ordenarán exámenes clínicos y el tratamiento correspondiente que puede incluir un plan terapéutico de suplementación nutricional. Controles de crecimiento y desarrollo, herramientas para detectar a tiempo la desnutrición infantil De acuerdo con el pediatra y puericultor, Darío Botero, los controles de crecimiento y desarrollo son el mejor aliado con el que cuentan los padres de familia para hacer seguimiento al estado nutricional de sus hijos. Estos controles se deben llevar a cabo así: Primer control: durante los cinco a ocho días siguientes al nacimiento. Segundo control: al primer mes de vida. Siguientes controles durante el primer año: un control cada dos meses. Entre el primer y tercer año de vida: un control cada seis meses. Después del tercer año de vida: un control cada 12 meses. |
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